Dame un beso que me borre la hiel del pasado, que me borre todos los malos recuerdos, que me quite hasta el aliento, dame un beso que se adueñe de mis labios y de mi alma, dame ese beso que me sane, que me despierte, que me diga al recordarlo que me quieres para siempre.

Hoy quiero liberarme de pudores, de rubores, de penas, hoy quiero decirte, aún sin un lenguaje florido, que la soledad de mi cama y de mi piel te anhelan todas las noches, que entre todo lo bello que en mi corazón nace por ti también existe esta quemante pasión y la latente gana de poseerte, de devorarte, de complacerme en ti complaciéndote, de escuchar en mi desenfreno cada grito y gemido que me alienta a hacerte sentir mi mujer, toda mía y a la vez todo tuyo, quiero que sepas que detrás de este caballero, de éste tu amigo hay un hombre inquieto que desea y necesita poseerte para encontrarle un poco de alegría y sentido a su vida.

Tu risa mi poema, tu mirada mi pleagaria, tus labios mi banquete, tu cuerpo mi tentación, tu vida mi compromiso, tus manos las mensajeras de Dios, tus ojos mi faro, tu sonrisa mi galardón, tu alegría mi bendición, mi felicidad tu obra.

En tu mirada, en tu sonrisa, en lo más dulce de tu aliento, en la seguridad de tu respiro, en cada momento que uno mi tiempo al tuyo me siento tan tuyo como tu tiempo, me diluyo entre tus segundos y me devuelves esa sensación de estar donde debo y necesito estar, ese abandono de mi mismo y la perdida conciente de mi libertad cuando me atrapa tu mirada me emociona y atemoriza, no sé hasta donde ni hasta cuando me lleve la maravilla de querer pertenecer a tu universo, aún y así sea en la más pequeña de sus estrellas, pero en cada pulso que sale de tu centro y me golpea en mi refugio llevas a mí un motivo más para seguir contigo.