Sé que casi no te escribo, y no es porque no quiera, es porque sé que no te importa, de hecho creo que peco de ingenuo al creer que tus ojos acariciarán estas palabras… al menos que sean mis palabras las que tengan el honor de ser acariciadas al menos por tu mirada, y si, lo reconozco, hoy me aferro a esa fe y me atrevo a confesarte que aunque sé que para ti no significo mucho, no sé ni cómo, ni cuándo, ni el motivo, pero estás ahí, entre lo más importante de mis días, entre mis anhelos, entre las cosas que me dibujan una sonrisa, entre las ganas que mueren de frustración… estás ahí, no sé hasta cuándo, pero sí sé hasta dónde, te invito a que veas tú misma hasta dónde me llegas y ojalá quieras que darte, sino espero que veas desde la distancia que elegiste cómo te vas muriendo rodeada de lo mejor de mí, que es todo lo que deseo darte. (DQ)

Aún en la distancia, en tu silencio, en tu indiferencia y ausencia que lastima quiero que eventualmente vengas y tomes con egoísmo lo que es tuyo: mi amor, mi ternura, mi pasión, mi pensamiento y si quieres hasta mi cuerpo, déjame ser quien siempre he querido y quiero que seas quien siempre has sido y te niegas a ser, déjame vacío y limpio de ti que solo basta con saber que estás para que cuando vuelvas me encuentres rebosante de ti. (DQ)