Tengo por costumbre escribir algo cuando es una despedida, que sea la última puntada a una herida que necesito cerrar, y si, necesito despedirme de ti… sé que aparecí en tu vida de una manera casi abusiva, sin tu pedirlo, sin tu buscarlo, me presenté con mi mejor actitud, sin más armas que lo mejor de mi… y si, juro por Dios que todo lo mejor de mí siempre estuvo a tu disposición, me presenté con todas las ganas de que fueras mi vida en mi vida, el motivo más importante para vivir, mi dedicación diaria, el juramento solemne de cada aliento de mi alma… pero nada de lo poco que me permitiste darte fue suficiente para poder intentar ser parte de tu vida, aunque fuera mínima… y si decido despedirme lo hago más por ti… no quiero ser ese suspiro tierno por la ingenuidad de amarte sabiendo que nunca significaré algo para ti… ni siquiera llegué a ser tu amigo, ni un conocido con el cual algún día compartiste un café… y me siento tan triste, desilusionado, rendido, tan derrotado que no sé si valga la pena la despedida de alguien que nunca importó su ausencia ni su presencia. (DQ)

Ven aquí y dime de frente, con ese fuego en los ojos qué es lo que tienes callado, no quiero saber tu pasado ni tus secretos, quiero ese lado perverso, lujurioso y lascivo; no soy quien para juzgarte, pero si soy quien quiere acompañarte a vivir la adrenalina y la intensidad de esa mujer oculta y que callas, esa mujer ardiente que llevas entre tu carne y el alma, haremos nuestro lugar y tiempo secreto donde exploraremos las alturas y profundidades de esa personalidad amante, calcíname en esa llama de tu mirada que sabes bien que existe y se delata en esa piel erizada, si ya no puedes ocultarla, por favor, déjame conocerla. (DQ)

Déjame amarte hoy, déjame amarte bien, no pido más, ni que me ames, ni siquiera que finjas hacerlo, sólo déjate amar, éste sentimiento sabrá como evolucionar, mutar y adaptarse para seguir vivo y hacerte saber que a pesar de las condiciones que le impongas él seguirá vivo, porque ya no depende de lo que hagas, depende de quién eres y eso nunca cambia aunque en otros aspectos cambies, déjame amarte como entiendo el amor y como siento que debe amarse. (DQ)

Te admiro, te contemplo y me ensimismas, me devuelves la capacidad de asombro, me redefines la belleza, logras que agradezca estar vivo por que tu sonrisa me recuerda que estoy vivo, el anhelo de poder recrearme en ti con la alegría de un infante me da la certeza que vale la pena vivir. (DQ)