Quiero besarte como si nunca más volviera a tener la oportunidad, como si nunca te volviera a ver, como si no hubiera a tener mañana sabiendo que haré lo que sea para que vuelva a besarte, un beso como trago de vino que me pone el paladar en neutro para degustar el próximo como el primer bocado, y mientras te beso desear morir para llevarme eso como último recuerdo y no vivir con la angustia de no saber si habrá y sin la sed de ese próximo beso.

Si te quedan besos con destinatario sin nadie que los reclame, si te quedan besos con dueño en bodega y no tienes donde ponerlos, antes que mueran de agonía, antes que se suciden en lágrimas, antes que se calcifiquen y se vuelvan petrificados y pesados sabes que en mi boca y mi piel tendrán si no su ideal destino si un lugar donde siempre seran necesarios y queridos.

Necesito un abrazo tuyo, pero no un abrazo cualquiera, necesito que durante ese abrazo me hagas sentir que me amas, que me digas que me amarás para siempre, al menos mientras dura el abrazo, en silencio, si se puede con una maternal caricia, pero solo te digo eso, necesito tu abrazo.

Confundido entre creer saber lo que merezco, entre no saber lo que necesito y entre saber qué es lo que quiero, creyendo merecer tu amor sin saber si eres quien necesito pero teniendo muy claro que eres a quien quiero, aquí estoy, con todo el buen deseo de merecerte, anhelando que sea yo quien necesitas y soñando que algún día me quieras, aquí he estado, estoy y estaré... no sé hasta cuando, pero seguiré estando.

Me gustas, desde tu compañía hasta tu presencia, me gusta cuando te tengo aunque no estés y me gusta cuando estas aunque no te tenga, me gusta que sepas que estoy cuando no estas y me gusta saber que estas aunque yo no esté.

Mi vocación está en lo sensual de tu mirada, en la picardía de tu sonrisa, en tus besos que cicatrizan heridas y roban la calma, mi vocación está en cada gota de sudor que libera tu piel y que mi lengua anhela saborear una a una, está en tu más íntimo manantial que deseo habitar, mi vocación esta en la belleza de tus senos endurecidos cuando deseas alimentarme de ti, está en mantener esa sonrisa y complacer esos deseos que quiero que me cuentes al oído como si fuera tu almohada.