martes, 2 de febrero de 2016

No sé quién me causa más rabia, si el amor o yo... el amor por hacerse sentir cuando ya lo daba como ajeno a mi vida, o yo por no tener control sobre éste sentimiento... y es que después de tanto sentirlo, después de dejarme tan vacío y cuando estaba aprendiendo a vivir sin él y empezando a creer que no existe te vi... ahora ya no sé qué hacer con éste sentimiento que me nace de tu mirada... y no sé que sea más fuerte, si la tristeza de saber que logras tanto sin que tu lo quieras, si la vitalidad de éste sentimiento cuando se desemboca por todo mi ser con solo recordarte o la impotencia de no poder controlar nada. (DQ)
Como obra maestra te eriges sin saberlo ni pretenderlo, te adueñas del paisaje y de la mirada atónita de los transeúntes, despiertas algún indicio de envidia ante otras creaciones y también cierto asombro en otros que intentan llegar a la perfección, eres lo más cercano a lo perfecto, te ves como lo más cercano a la representación física de la plenitud de la belleza, pero pocos, muy pocos en realidad advierten que en tus ojos, en la fragancia que despide tu corazón en cada latido se siente el auténtico aroma de la belleza, de la perfección, de la plenitud, como toda obra que nace del artista perfecto, es en tu centro, en tu núcleo, en lo más íntimo de ti donde está la firma y la esencia de ese mismo creador que es en si la plenitud de la perfección. (DQ)